Una mutación en las células es lo que provoca la aparición del cáncer de cuello uterino, uno de los más frecuentes en mujeres junto con el de mama. Pero, ¿cuáles son las causas, síntomas y factores de riegos de esta enfermedad? ¿Puedes prevenir que esto suceda? Veamos. Causas más habituales del cáncer de cuello uterino El cáncer de cuello uterino suele estar relacionado con varias cepas del virus del papiloma humano (VPH). Normalmente el sistema inmunitario es capaz de impedir que el virus afecte a las células del cuello del útero. Sin embargo, a veces sobrevive durante años hasta que algunas de estas células de la superficie se vuelven cancerígenas. A diferencia de las células normales, las anormales crecen sin control y no mueren, lo que hace que se acumulen y se forme una masa o tumor que invade los tejidos aledaños y otras partes del cuerpo. Además del VPH otros factores, como el entorno o el estilo de vida que lleves, también pueden hacer que las probabilidades de padecer esta enfermedad aumenten. Por lo general se suele diferenciar entre dos tipos de cáncer de cuello de útero: el carcinoma epidermoide, que es el más frecuente, y adenocarcinoma, que comienza en las células glandulares. Síntomas que pueden alertarnos sobre este tipo de cáncer En la fase inicial el cáncer de cuello uterino no produce ningún síntoma. En etapas más avanzadas, sí pueden darse los siguientes signos clínicos: Sangrado vaginal. Éste puede producirse después de una relación sexual, entre menstruaciones o en la menopausia. Secreciones vaginales anormales. Normalmente son sanguinolentas y tienen mal olor. Dolor pélvico o en el momento de mantener relaciones sexuales. Si detectas cualquiera de estos indicios lo mejor es que pidas cita con tu ginecólogo para poder realizar una exploración completa y las pruebas diagnósticas necesarias. ¿Cuáles son los factores de riesgo del cáncer de cuello de útero? Aunque es imposible eliminar el riesgo de desarrollar cáncer de cuello de útero, hay ciertos factores que sí pueden influir. Por ejemplo: Cuando se tienen muchas parejas sexuales. Si tú o tu pareja habéis tenido relaciones sexuales con muchas personas distintas, hay más probabilidades de adquirir el virus y, por ende, de desarrollar este tipo de cáncer. Otras infecciones de transmisión oral. Tener clamidia, gonorrea, sífilis o VIH/Sida puede hacer que el riesgo sea más elevado. Un sistema inmunitario débil. Cuando hay otra enfermedad que debilita el sistema inmunitario y tienes el VPH es necesario estar más alerta. El tabaquismo se relaciona con el desarrollo de éste y otros tipos de cáncer. Para poder minimizar este riesgo, se recomienda hacerse exámenes periódicos de Papanicolau, con el fin de poder controlar o tratar a tiempo esta infección. Por otro lado es importante tener relaciones sexuales seguras, evitar fumar y vacunarse contra el VPH.
Nueva unidad de ejercicio oncológico en el Hospital Vithas Rey Don Jaime
Científicamente está demostrado que la actividad física es clave para mitigar los efectos secundarios de la medicación y ayudar al paciente de cáncer a sobrellevar mejor el tratamiento. Por ello se está a punto de inaugurar una nueva unidad de ejercicio oncológico en el Hospital Vithas Rey Don Jaime de Castellón. Elena García, coordinadora de la unidad, explica que “no hay motivo alguno para que una persona con cáncer no deba cumplir las recomendaciones mínimas de actividad física pautadas para la población. La propia OMS fija en 150 minutos a la semana el tiempo recomendado para obtener los beneficios que el ejercicio conlleva”. Ahora bien, ¿cuál es el ejercicio idóneo para estos pacientes? En realidad no hay una sola práctica deportiva que dé en los pacientes el 100% de los cambios que necesita, pues cada paciente es distinto según el cáncer que tenga, su gravedad, cómo responde su organismo, si se ha sometido a cirugía o a tratamientos diversos. Por ello es importante la individualización, para lograr los objetivos propuestos. Esto explica la necesidad de crear una unidad de ejercicio físico especializada. Ésta contará con un programa individualizado y con una serie de pautas en función del estado de cada persona. Beneficios del ejercicio físico durante y después del tratamiento del cáncer A grandes rasgos, hay dos importantes beneficios del ejercicio físico cuando se está recibiendo tratamiento contra el cáncer. Por un lado, mitiga los efectos secundarios de la medicación; por otro, ayuda a evitar la pérdida de masa muscular. Ejercitarse durante el tratamiento atenúa efectos secundarios como la fatiga, la debilidad o la pérdida de masa muscular; también ayuda a sobrellevar mejor el tratamiento. La importancia del ejercicio físico tras el cáncer: un programa personalizado Este programa conlleva un trabajo multidisciplinar, que se inicia con la recomendación de hacer ejercicio físico por parte del médico. Posteriormente se evalúa al paciente oncológico para conocer su capacidad cardiovascular, su composición corporal y fuerza máxima. Estas mediciones sirven para definir qué efectos secundarios tienen. Por otro lado permiren establecer el tipo de ejercicio físico y la cantidad que necesita cada persona. A partir de ahí, se inicia un plan personalizado, supervisado e individualizado. Al finalizar se hace otra medición para ver la evolución del paciente. También se le ayuda a mejorar su bienestar con protocolos de comportamiento basados en hábitos de vida saludables. A quién va dirigida la nueva unidad de ejercicio oncológico en el Hospital Vithas Rey Don Jaime Las pacientes susceptibles de participar en este programa son aquellas que están en tratamiento o lo han terminado y presentan unos efectos secundarios agudos. Los objetivos durante las sesiones es recuperar la masa muscular, la capacidad cardiovascular, prevenir la cardiotoxicidad y mejorar la movilidad articular. Todo este trabajo lo realiza un equipo multidisciplinar, en el que están los diferentes médicos, especialistas en ciencias de la actividad física y deporte, fisioterapeutas y psicooncólogos.
Ejercicio oncológico contra el cáncer: beneficios y recomendaciones
Reducir o prevenir los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer. Este es el principal objetivo del llamado ejercicio oncológico, una práctica que mejora la salud y la calidad de vida de los pacientes. Tal y como indica el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), es importante que el ejercicio oncológico sea pautado y controlado por un profesional, teniendo en cuenta las particularidades de cada caso. Principales beneficios del ejercicio oncológico Los principales beneficios que proporciona el ejercicio oncológico son los siguientes: El sistema inmunitario de la paciente se fortalece Ayuda a recuperar un peso saludable El corazón se mantiene fuerte Se reduce la fatiga Se trata, pues, de un tipo de ejercicio que sirve para incrementar las posibilidades de superación del cáncer. El deporte, incluso en momentos como éste, es recomendable. Actualmente se calcula que el 31% de adultos españoles son sedentarios, algo que no ayuda a frenar el avance de los tumores malignos. Recomendaciones a la hora de realizar este tipo de ejercicios A la hora de realizar este tipo de ejercicio, debes tener en cuenta una serie de recomendaciones. Las principales son: 1. El ejercicio que realices durante el tratamiento debe tener la intensidad adecuada en cada etapa, modificándose cuando se requiera. 2. Cuenta con el apoyo de tus médicos y de tu familia. Ellos serán tu mejor apoyo. De este modo, el ejercicio oncológico te ayudará también a mantener la independencia física y a mejorar tanto tu capacidad cardiovascular. Así lo vienen demostrando numerosos estudios sobre este tipo de práctica en los últimos años. Puedes ver un resumen sobre las características del ejercicio oncológico, en esta infografía de GEICAM: Para poder conocer qué ejercicios debes realizar exactamente, consulta con tu médico de confianza en Benicarló o en la región en la que te encuentres. También puedes encontrar más información en esta guía de ejercicio y nutrición para pacientes con cáncer. ¡Ánimo, tú puedes!