Después de dar a luz la glándula tiroides puede inflamarse, provocando lo que se conoce como tiroiditis postparto. Este problema médico suele producirse durante el primer año después del alumbramiento. Se calcula que entre 5 y 10 mujeres de cada 100 pueden verse afectadas tras haber tenido un bebé. Pero, ¿en qué consiste exactamente este tipo de tiroiditis? La tiroiditis postparto: fases y síntomas Por lo general, la tiroiditis postparto es una enfermedad que consta de dos fases: En la primera fase, que es de hipertiroidismo, hay un alto nivel de hormonas tiroideas. Esto se debe a que la secreción de estas hormonas, compuestas por T3 y T4, es excesiva y terminan en el torrente sanguíneo. Ello hace que el metabolismo se acelere, con síntomas como: pérdida de peso, aceleramiento de los latidos del corazón, más cansancio y nerviosismo, sudores y mayor sensibilidad al calor. Esta fase puede durar entre dos y cuatro meses. Si la inflamación daña la tiroides y su capacidad de producir hormonas tiroideas, se pasa a una segunda fase de hipotiroidismo, que se puede prolongar durante un año. En este caso el efecto es el contrario. Es decir, el nivel de hormonas tiroideas en sangre es bajo y el metabolismo se reduce. Esto puede provocar bocio, aumento de peso, fatiga, depresión, sequedad de la piel, pérdida de cabello y sensibilidad al frío. ¿Qué riesgos implica esta enfermedad? El riesgo de padecer tiroiditis postparto aumenta en mujeres que tienen un trastorno del sistema inmunitario. Por ejemplo, la diabetes de tipo 1. Los antecedentes familiares de enfermedades de tiroides o tiroiditis postparto también deben tomarse en cuenta. Cuando aparece esta enfermedad, es posible que el cuerpo vuelva a la normalidad en unos meses sin llegar al hipotiroidismo. Sin embargo, en la mayoría de casos se pasa por la segunda fase. Por eso, es importante tratar esta afección para evitar que se desarrolle un hipotiroidismo permamente. Diagnóstico y tratamiento de la tiroiditis postparto Para el diagnóstico de la tiroiditis postparto serán necesarias varias pruebas de laboratorio. Éstas permitirán ver el nivel de T4 en sangre, el nivel de la hormona estimuladora de la tiroides TSH, los valores de absorción de yodo reactivo o el nivel de anticuerpos antitiroideos. Con estos resultados, el especialista podrá determinar en qué fase se encuentra la paciente y recomendar el mejor tratamiento en cada caso. Normalmente, si está en el primer estadio de la tiroiditis posparto y los síntomas son muy marcados, se recetan medicamentos que ayudan a paliarlos. En el segundo estadio, puede ser necesaria una terapia de hormona tiroidea. La mayoría de veces la tiroides vuelve a la normalidad al cabo de un tiempo.
Dolor de regla: alimentos que pueden ayudarte
Durante el periodo, se estima que entre un 25 y un 60 por ciento de mujeres experimentan dolores abdominales o disminorea y un 10 por ciento sufre anemia por déficit de hierro. Ante esta situación, hay ciertos alimentos que pueden ayudar a reducir el dolor de regla. Estos dolores se producen porque el útero se contrae levemente, disminuyendo el caudal de torrente sanguíneo en la pared muscular del útero. Este proceso provoca molestias y malestar de intensidad variable entre una mujer y otra. ¿Qué podemos hacer al respecto? Fijarnos más en lo que comemos puede ser una buena opción. Alimentos recomendados para el dolor de regla Entre los alimentos recomendados para disminuir el dolor que se puede producir durante la mestruación, encontramos: Las legumbres, los frutos secos o los aguacates. Tanto unos como otros son fuente de vitamina B6, la encargada de fabricar serotonina. Ello puede ayudar a paliar el dolor de regla. El atún y otros pescados como la palometa. El Omega 3 que tienen estos alimentos ayudan a calmar las contracciones uterinas menstruales. Hortalizas como el pepino refrescan y evitan esa sensación de sequedad que se produce durante el periodo. Para que no haya deshidratación en esta etapa es importante beber mucha agua. Carnes rojas y huevos. Estos alimentos aportan hierro, lo que permite que los niveles de este mineral se mantengan entre los 60 a 170 mcg/dL. De este modo se evita una posible anemia, sobre todo cuando la menstruación es abundante. Naranjas. Esta fruta es rica en vitamina B1 y en Tiamina, por lo que es una buena aliada contra el dolor. Arroz integral. Contiene vitamina D, que tiene propiedades antiinflamatorias que sirven también para los dolores de espalda y migrañas. Para conocer qué alimentos pueden funcionar mejor en tu caso en particular, y cuáles deberías evitar, lo más recomendable es que visites a tu ginecólogo de confianza para que pueda informarte al respecto. Conclusión Durante la menstruación, al igual que durante otras etapas como el embarazo o la menopausia, lo importante es seguir una dieta variada y equilibrada. En ella es recomendable incluir ciertos alimentos que pueden ayudarnos a contrarestar los dolores de regla. Conocer las propiedades de los alimentos y cómo actúan en nuestro cuerpo, nos será de gran ayuda. Y es que no siempre es necesario recurrir a los analgésicos para aliviar el dolor.
La miomectomía paso a paso: en qué consiste y cómo se lleva a cabo
Miomectomía es el nombre de la operación de miomas uterinos, una clase de tumores benignos que se forman a partir de las células del músculo liso del útero. Los miomas son bastante comunes en mujeres en edad fértil, con una incidencia que aumenta hasta la llegada de la menopausia. Su aparición está relacionada con varios factores, sobre todo hormonales y genéticos. Si no se sigue un tratamiento adecuado, las pacientes con miomas se exponen a posibles complicaciones. Por ello, es importante seguir siempre los consejos de un experto y, en el caso que sea necesario, someterse a una operación para poderlos extirpar. Normalmente la miomectomía es la solución más aconsejada por los ginecólogos, especialmente si se diagnostican miomas de tamaño considerable. En el caso que el médico y la paciente estén de acuerdo en realizar esta intervención, se inicia el proceso para el preoperatorio y la cirugía. ¿Cómo es el preoperatorio para una miomectomía? Para realizar el preoperatorio de una miomectomía, la paciente deberá acudir al centro médico especializado o al hospital el día indicado para entregar los resultados de las pruebas que permitirán determinar si la paciente es apta o no para la anestesia. Normalmente las pruebas que se solicitan para ello son: un análisis completo de sangre, un electrocardiograma para conocer el estado del corazón y una radiografía de tórax o pecho. Tras las pruebas, la paciente deberá pasar una entrevista médica con el anestesista. Con esta información el médico podrá preparar los fármacos adecuados y dará las instrucciones para el día de la operación. El momento de la operación Tras entregar todas las autorizaciones y papeles necesarios, el día de la miomectomía la paciente será llevada a quirófano y se le colocará la vía para la anestesia. Para ello deberá estar en la camilla quirúrgica, en la posición adecuada para llevar a cabo esta operación. Cuando la anestesia hace efecto se pasa a desinfectar la zona abdominal y se prepara para evitar infecciones. Posteriormente comienza la operación, que puede realizarse de varias formas: mediante cirugía laparoscópica, mediante histeroscopia o cirugía abierta. En el primer caso se realizan pequeñas incisiones para acceder a la cavidad abdominal. Allí se localizan los miomas y se van extrayendo. Una vez se extirpan es habitual que se utilice una malla quirúrgica que ayude a cicatrizar mejor. Si la operación se realiza por histeroscopia, se introduce un histeroscopio a través de la vagina. Es un tipo de intervención menos invasiva que se puede hacer en ciertos tipos de miomas de poco tamaño. En el caso se que las dos técnicas anteriores no sean viables, entonces la extracción de los miomas puede hacerse mediante cirugía clásica, haciendo una incisión un poco más grande. Tras la cirugía, comienza la recuperación Una vez se hace la intervención, comienza el proceso de recuperación de la anestesia. Éste termina cuando la paciente recupera completamente la conciencia. Una miomectomía puede durar entre 45 y 120 minutos. Ello dependerá del número de miomas que haya que extirpar, de la paciente y del tipo de operación. La recuperación se suele prolongar durante unas 4 o 6 semanas más, tiempo en el que hay que tener especial cuidado para evitar infecciones u otras complicaciones. Si la paciente no presenta fiebre o sangrado excesivo, se le da el alta para que pueda recuperarse en casa. Durante este tiempo se realizan varias revisiones, hasta estar seguros de que la recuperación ha sido total.
El síndrome de ovarios poliquísticos está relacionado con otros problemas de salud
Depresión, obesidad, diabetes, hipertensión, cardiopatías o sangrados uterinos son algunos de los problemas que pueden estar vinculados con el síndrome de ovarios poliquísticos, una enfermedad que afecta al 10 % de mujeres en edad reproductiva, informa el doctor José Luis Herraiz. «Los ovarios fabrican estrógeno y progesterona, así como los andrógenos. En las mujeres con síndrome de ovario poliquístico los ovarios fabrican cantidades más elevadas de esta hormona masculina. Ello puede interferir y dificultar el desarrollo y la liberación del óvulo. La consecuencia es que se acumulan en varios ovarios óvulos maduros no liberados», explica. Síntomas del síndrome de ovarios poliquísticos Los síntomas más habituales del síndrome de ovarios poliquísticos son: – Menstruación irregular. Es el más habitual. – Acné. – Alopecia. – Oscurecimiento y engrosamiento de la piel alrededor del cuello, axilas o senos (acantosis pigmentaria) – Exceso de vello en el rostro y la espalda – Aumento del tejido graso alrededor del abdomen. Cuando se presentan estos síntomas, es importante acudir a una visita con tu ginecólogo para que pueda evaluar qué sucede. El Dr. Herraiz excplica que estos síntomas no deben ser motivo de alarma cuando se trata de una niña que esté haciendo el cambio, pues puede tardar hasta dos años en presentar periodos menstruales regulares después de su primera regla. «No obstante, hay que tener en cuenta que las niñas que presentan de forma precoz algunos signos de la pubertad, como el vello púbico o axilar antes de los 8 años, tienen un riesgo incrementado de padecer el síndrome de ovario poliquístico más adelante», señala. Un tratamiento multidisciplinar En el Centro Médico del Dr. Herraiz se aborda el tratamiento del Síndrome de Ovarios Poliquísticos de forma multidisciplinar. Así, además de una revisión ginecológica con ecografía y una analítica de sangre para medir las concentraciones de andrógenos, insulina y otras hormonas, se valora un tratamiento más amplio teniendo en cuenta la sintomatología de cada paciente. «Dependiendo del resultado se pueden recetar anticonceptivos orales para ayudar a equilibrar las concentraciones hormonales en el organismo y regular el ciclo menstrual. Ello ayuda a controlar el acné y el crecimiento excesivo de vello», continúa detallando Herraiz. En ocasiones se recomienda la visita a un dermatólogo para que recete antiandrógenos o tratar el oscurecimiento de la piel. Cuando haya un exceso de peso será necesario acudir a un endrocrino o nutricionista. «Al padecer una alteración hormonal es común que la producción de insulina cambie y se produzca un exceso de glucosa que puede derivar en diabetes tipo 2», advierte Herraiz. El doctor también recomienda visitar a un psicólogo cuando se detectan problemas como la ansiedad, el estrés o la baja autoestima derivados de este síndrome.
La primera regla después del parto. Algunas consultas frecuentes.
Tras dar a luz, es habitual preguntarse qué ocurre con la primera regla después del parto. Por ello, en este artículo abordaremos algunas de las consultas más frecuentes relacionadas con este tema. Comenzamos por la pregunta más frecuente de todas… ¿Cuándo tendré la primera regla después del parto? En realidad no hay una fecha exacta, pues cada mujer es un mundo y depende de varios factores. Normalmente el primer sangrado se producirá entre 4 y 8 semanas después del alumbramiento. Si amamantas a tu hijo de forma natural puede que la amenorrea postparto se prolongue, debido a la acción de la prolactina. Esta hormona se encarga de la producción de leche e inhibe la función ovárica, evitando los ciclos menstruales normales. Dicen que durante la lactancia no suele haber regla, pero yo la he tenido todos los meses… Aunque es cierto que durante la lactancia la menstruación puede presentarse de forma irregular o estar completamente ausente, si hay regla durante la lactancia no debes preocuparte. La regla no afecta a la lactancia ni a la calidad de la leche. Igual que cada embarazo es distinto, con síntomas que varían de una mujer a otra, ocurre lo mismo durante el postparto. No estoy dando el pecho y no me viene la regla. Además me siento como deprimida. ¿Qué me pasa? El postparto es un periodo de grandes cambios para una mujer, tanto a nivel físico como mental. Los niveles de estrógenos y de progesterona descienden bruscamente en esta etapa, lo que puede desencadenar una deperesión o cambios de humor parecidos a los premenstruales. Apóyate con un especialista si los síntomas perduran, para descartar que estés sufriendo una depresión postparto. ¿Es normal tener muchas pérdidas después de dar a luz? Es habitual tener pérdidas durante una o dos semanas después del parto. Éstas no son de menstruación, sino un sangrado para expulsar los restos de placenta, moco y secreciones que se conoce con el nombre de loquios. Estas pérdidas irán disminuyendo cada día hasta desaparecer completamente. Las más leves y de color oscuro pueden mantenerse durante seis semanas. Si ves que no cesan y mantienen la intensidad de los primeros días, consulta con tu ginecólogo. Recuerda que hasta que no se pase la cuarentena no debes utilizar tampones. Con las pérdidas del postparto, me siento agotada. ¿Me ocurre algo? Las pérdidas del postparto pueden provocar algo de anemia. Por otro lado es una etapa en la que la madre debe adaptarse a una nueva realidad y atender al bebé, por lo que es normal que cueste en algunos momentos seguir el ritmo. Consulta con tu médico para que pueda evaluar qué ocurre y recomendarte algún suplemento. Uno de los más habituales es el de hierro, que se recomienda tomar en ayunas sin mezclar con lácteos. Después del parto a veces se me escapa un poco de pipí. ¿Qué puedo hacer? Debes tener en cuenta que tras los últimos meses de embarazo y el parto, los músculos de la zona pélvica pierden su tono habitual, pues están sometidos a mucha presión. Para poder recuperarlo, se recomienda realizar algunos ejercicios. Puedes, por ejemplo, tratar de retener el chorro de la orina varias veces mientras haces pipí y simular estas mismas constracciones de pie, en cualquier momento. Si tengo reglas dolorosas, ¿seguirán siéndolo después del parto? Las reglas dolorosas tienen a mejorar en muchas mujeres después del parto. Además, los periodos tienden a volverse más regulares. También es normal tener algunos desajustes en los primeros ciclos, tanto en duración como en cantidad de regla. Es posible que la primera regla después del parto sea más abundante y dure más días de lo habitual. Esta primera regla puedes estar o no precedida por la ovulación, por lo que existe la posibilidad de quedar embarazada si no tomas las medidas adecuadas. ¿Me puedo quedar embarazada sin que haya venido ninguna regla después del parto? No debes intentar un nuevo embarazo hasta que hayan pasado, como mínimo, tres meses después de dar a luz de forma natural. Si el parto ha sido por cesárea, debes esperar más tiempo. Sí puedes quedarte embarazada durante la lactancia sin tener ninguna regla, pero lo más habitual es que ello ocurra cuando la ovulación y la menstruación se normalicen. En definitiva, después de dar a luz debes dejar que tu cuerpo recupere la normalidad. Es importante que respetes la cuarentena o puerperio para recuperarte y que seas consciente que las hormonas necesitan un tiempo para estabilizarse y volver a su funcionamiento habitual. Así que estate atenta a tu cuerpo y sé paciente para esperar la primera regla después del parto. Cualquier duda que tengas, consulta con tu ginecólogo sin dudar.
Dolor de espalda en el embarazo. ¿Cómo se puede aliviar?
El dolor de espalda en el embarazo es una de las molestias más comunes que padecen las mujeres durante la gestación. La intesidad puede variar de moderada a aguda y es un dolor que en algunos casos durará solo unas semanas, mientras que en otros puede mantenerse hasta varios meses. Este dolor no es un simple problema sin importancia. Si no se trata de forma adecuada, puede afectar de forma negativa en el día a día de quien lo padece. Además, el dolor de espalda en el embarazo puede ocasionar problemas incluso después de dar a luz. Las mujeres que ya sufrían dolores de espalda desde antes del embarazo, sobre todo en la zona lumbar, son quienes más riesgo tienen de padecerlo durante la gestación. De hecho, las molestias pueden presentarse en etapas tempranas del embarazo. Lo más habitual, no obstante, es que este dolor se manifieste entre el quinto y el séptimo mes de embarazo. ¿Qué causa el dolor de espalda en el embarazo? Cuando una mujer queda embarazada, su útero se expande y se desplaza el centro de gravedad, estirando y debilitando los músculos abdominales. Esto hace que la postura corporal cambie. En consecuencia, la espalda está sometida a una mayor presión. Por otro lado los cambios hormonales durante el embarazo provocan la distensión de las articulaciones y los ligamentos que conectan la pelvis con la columna vertebral. Ello puede hacernos sentir menos estables o con dolor al estar de pie o sentadas durante mucho tiempo. Los principales tipos de dolor de espalda en el embarazo, son: Dolor lumbar. Afecta a la parte baja o central de la espalda. Este dolor aumenta al estar de pie o sentado y está provocado por la mayor curbatura de la columna durante la gestación. La mala alineación de las vértebras de la columna afecta a las articulaciones y provoca dolor de espalda, que puede irradiar hacia los lados. Ciática. En la parte superior del glúteo y en algunos casos irradia hasta la parte posterior del muslo, la pierna y el pie. Se debe a la compresión de los nervios ciáticos en su salida por el sacro, que está en una posición más forzada de lo habitual. Este dolor aparece en el 35% de los embarazos. Dorsalgia. En la parte superior de la espalda. Este dolor se produce per las contracturas musculares derivadas de una mala posición de la columna. Cuando alguno de los nervios que están entre las costillas se inflama, aparece el dolor costal o neuritis intercostal. Ello puede provocar bastantes molestias, como dolor en un lado del tórax y escozor. Suele aparecer en el tercer trimestre del embarazo. Ante cualquiera de estas circunstancias. ¿Qué se puede hacer para prevenir o tratar el dolor de espalda durante el embarazo? Veamos. Consejos para la prevención y el tratamiento Lo primero que debemos tener claro es que cada caso es distinto y conviene consultar siempre con tu ginecólogo de confianza. No obstante, hay una serie de recomendaciones generales que pueden ayudarte a prevenir o a tratar el dolor de espalda en esta etapa. Las principales son: Salvo que sea necesario por motivos médicos, evita un reposo excesivo. Trata de mantener las caderas hacia delante y la espalda recta. No camines arqueada ni sacando el abdomen. Intenta no pasar demasiado tiempo de pie y cambia de postura todo el tiempo. No levantes objetos pesados ni otros niños. Si tienes que agacharte, flexiona las rodillas y levántate con la fuerza de las piernas y la espalda recta. Utiliza zapatos de tacón bajo, que tengan un buen apoyo en el arco del pie. Siéntate en sillas con buen apoyo para la espalda y, si puedes, coloca una pequeña almohada detrás de la cintura. Si debes permanecer así mucho tiempo, trata de levantarte de hora en hora. Para dormir lo más recomendable es un colchón duro y en posición lateral, colocando la almohada entre las piernas para dar más apoyo a la espalda. Haz ejercicios para entrenar y fortalecer los músculos. Además de todo ello, las mantas térmicas, las bolsas de agua caliente y los analgésicos pueden ayudar a sobrellevar mejor este dolor y encontrar un alivio. Aprender técnicas de relajación puede ser también muy útil, sobre todo a la hora de acostarse. Si pese a todo el dolor persiste, coméntale lo que ocurre a tu médico, para que pueda asesorarte y ayudarte con este problema.
Cuidado del pecho durante la lactancia: cinco recomendaciones
Cuando te estrenas como mamá, aparecen multitud de dudas y debes tener en cuenta un montón de cosas en las que antes ni te habrías parado a pensar. Probablemente el cuidado del pecho durante la lactancia sea una de ellas. Y es que, si quieres dar el pecho, no solo es importante saber cómo hacerlo, sino también que sepas cómo cuidar esta parte de tu cuerpo. Estar las 24 horas del día pendiente de un recién nacido implica un gran esfuerzo y es importante que puedas descansar y recuperar fuerzas. Cuando llegues a casa después de dar a luz, es posible que aún no tengas una rutina de horarios ni sepas mucho sobre el cuidado del pecho durante la lactancia, pero date un tiempo y ten paciencia. Todo ello forma parte de un proceso de adaptación a tu nueva realidad como madre. Consejos para el cuidado del pecho durante la lactancia Para que este periodo sea un poco más fácil, toma nota de estos cinco consejos para el cuidado del pecho durante la lactancia: 1. Dar el pecho en la posición correcta. Este aspecto es clave para que el pecho no duela ni se formen grietas al dar de mamar. Por ello, al succionar, la boca del bebé debe abarcar toda la areola alrededor del pezón. Debes darle la toma relajada y sin interrupciones, para que no trague aire. Además, es importante que la cabeza del bebé esté inclinada hacia atrás y que la sujetes con una mano desde el centro de su espalda. Aunque siempre hay un pecho más fácil que el otro para la lactancia, debes alternar ambos para que se vacíen con regularidad. 2. Tener una buena higiene diaria. Una ducha matinal diaria con un gel de pH neutro será suficiente para mantener una buena higiene corporal. Durante el verano, donde las temperaturas son más elevadas, trata de no cubrirte el pecho en casa. Así dejarás que se airee y evitarás la humedad. No olvides que el contacto permanente con tejidos húmedos puede provocar irritaciones. 3. Masajea el pecho. Debes hacerlo con movimientos giratorios y hacia afuera. De este modo facilitarás el movimiento de la leche y será más sencillo que salga y que no se quede retenida en los conductos. 4. Utiliza un sujetador adecuado. Hay sujetadores especialmente diseñados para la lactancia que te vendrán muy bien para sujetar bien el pecho. Busca uno que se adapte bien a ti y que tenga una tira ancha. Si no tienes mucha idea sobre este tema, deja que un experto te asesore. 5. Mantente hidratada. Debes beber suficientes líquidos, pues el amamantamiento requiere de un esfuerzo extra. Los zumos naturales y la fruta son también muy recomendables, pues aportan muchas vitaminas y son antioxidantes. Siguiendo todas estas recomendaciones, podrás tener un mejor cuidado del pecho durante la lactancia. Además, evita el uso de cremas y recuerda tomar la medicación que te indique un profesional. La subida de la leche suele producirse entre 48 y 72 horas después del parto y no tiene que ser un proceso doloroso. Así que si notas que tus pechos están demasiado inflamados o doloridos, consúltalo con tu ginecólogo de confianza.
Obstetricia
Seguimiento del embarazo. Ecografía Morfológica de Alta Resolución (Semana 20). Ecografía 3D/4D. Amniocentesis. Asistencia al parto y al postparto.
La llegada de la menopausia: consejos para afrontar esta etapa
La palabra menopausia significa «cese mensual» y hace referencia a la desaparición de la menstruación. Suele producirse en torno a los 50 años y es una etapa más en la vida de toda mujer. No obstante, el momento en el que aparece y los cambios y alteraciones que produce varían en cada caso. En este artículo os hablaremos de cuáles son y os daremos algunos consejos para afrontar mejor esta etapa. La menopausia y sus etapas La menopausia comprende dos etapas principales: La perimenopausia: es la fase que precede a la última hemorragia menstrual controlada por los ovarios. La postmenopausia: ésta se produce un año después del cese de la regla y finaliza hacia los 65 años. Durante la menopausia la mujer debe prestar especial atención a su cuerpo y cuidar sus hábitos para mantenerse sana y no perder calidad de vida con los cambios físicos y emocionales que pueden llegar a producirse. Cambios y alteraciones más frecuentes Los cambios más frecuentes que suelen producirse al final de la edad fértil, son: Sofocos. Es uno de los más habituales. La mujer experimenta un calor que recorre todo el cuerpo, pero especialmente el cuello, la cara y la cabeza. Cada sofoco puede durar entre 30 segundos y varios minutos. En algunos casos termina con un sudor frío. Sequedad en la piel Alteraciones del sueño Pérdida de memoria Cambios de humor La frecuencia de cada síntoma varía en cada caso. Mientras que para algunas mujeres solo son problemas menores, para otras pueden resultar muy molestos y un obstáculo para su vida social o profesional. Durante esta época pueden producirse también algunas alteraciones asociadas a la menopausia, como la osteoroposis – por la disminución de los niveles de estrógenos -, la sequedad vaginal y problemas cardiovasculares. Consejos para afrontar la llegada de la menopausia El secreto para afrontar la llegada de la menopausia no es otro que manener un estilo de vida salubable, teniendo una actitud positiva, practicando ejercicio y, sobre todo, cuidando la alimentación. Algunos consejos que pueden ayudar a conseguirlo son: – Una dieta rica en calcio. Para ello se aconseja tomar cuatro raciones de productos lácteos al día, como leche, yogur o quesos. – Controla la ingesta de grasas. Cocina preferentemente con aceite de oliva y evita la manteca y los alimentos que puedan disparar el colesterol. – Haz un uso moderado de la sal para prevenir la hipertensión arterial. – Aumenta el consumo de frutas, verduras y cereales. Estos alimentos son fuente de vitaminas, minerales y fibra. – Se recomienda beber de 1,5 a 2 litros de agua a diario para mantener una buena hidratación. – Para cubrir las necesidades de vitamina D toma el sol una media hora diaria y sigue una dieta equilibrada. – Los paseos diarios y la natación son altamente recomendables para prevenir la osteoporosis y los problemas de corazón. Siguiendo todas estas recomendaciones será más fácil convivir con esta serie de cambios que se producen durante la menopausia y aceptarlos de una forma proactiva y optimista. Y recuerda: ante cualquier duda o signo que te parezca preocupante, acude a tu ginecólogo de confianza.
Déficit de yodo durante el embarazo ¿Se puede prevenir?
El déficit de yodo durante el embarazo es una de las principales causas evitables de lesión cerebral en el feto. Esta carencia puede causar también problemas de desarrollo en el bebé: los llamados Transtornos por Déficit de Yodo (TDY). Por eso, en este artículo os hablaremos de la importancia de este mineral para el organismo y de por qué debemos asegurarnos de recibir el aporte de yodo necesario, sobre todo si estás pensando en quedarte embarazada pronto. El yodo, ¿por qué es tan importante? El yodo es clave para el crecimiento del niño y para regular funciones vitales como la temperatura corporal o la frecuencia cardíaca. Este mineral juega un papel importante en el proceso de conversión de los alimentos en energía, en la producción de las hormonas tiroideas y en el crecimiento de todos los órganos, especialmente del cerebro. Nuestro cuerpo necesita, por tanto, un mínimo aporte diario de yodo para funcionar correctamente. Este aporte lo conseguimos a través del consumo de alimentos ricos en yodo o del uso de sal yodada. Cuando una mujer está embarazada o está dando de mamar a sus hijos, las necesidades de yodo de nuestro organismo aumentan hasta 250g/día y es importante asegurarse de que no hay ninguna carencia en este sentido para el desarrollo cerebral del bebé. La yododeficiencia podría provocar retrasos de crecimiento intrauterino y ciertos defectos congénitos. En madres con hipotiroidismo no tratadas podría provocar abortos o problemas de aprendizaje en los niños. Por tanto, aunque el yodo es un nutriente imprescindible para nuestra salud, lo es especialmente durante la etapa del embarazo. Cómo prevenir el déficit de yodo durante el embarazo Un médico podrá aconsejarte cambios en la dieta o recomendarte suplementos farmacológicos para evitar el déficit de yodo durante el embarazo. Ello debe hacerse teniendo en cuenta cada caso en particular. Si quieres ser madre pronto, lo ideal es que hables con tu ginecólogo para comenzar a prepararte para el embarazo. Del mismo modo, si ya estás embarazada, debes tener este aspecto en cuenta y asegurarte que el yodo está incluido en tu dieta y con una dosis adecuada. Los elementos recomendados y alimentos ricos en yodo que conviene incluir en nuestra dieta son: La sal de cocina con yodo agregado, que será la fuente principal de adquisición de este elemento. Los mariscos Pescados como el bacalao, el róbalo, la perca o el abadejo. El alga parda o marina. Ciertos productos lácteos enriquecidos. Si tienes ya hijos, el yodo también será fundamente para su crecimiento. Algunos consejos son: Aumenta los alimentos ricos en yodo, como pescado de mar o marisco, en su alimentación. Utiliza sal yodada en las comidas. Una cucharilla de café es suficiente para cubrir las necesidades diarias de yodo. Asegúrate que en el comedor escolar utilizan sal yodada en dosis adecuadas para la elaboración de los menús. Además del yodo, también otros elementos como el ácido fólico, el calcio o el omega 3 son altamente recomendables para un embarazo saludable. Es sí, sin pasarse, porque un exceso de yodo también puede ser perjudicial.